Viernes, 20 Febrero 2015 - 3:31am

Familiares afirmaron que el asesinato solo dejó incertidumbre en sus vidas Foto: Antonio Abinazar
Anamer S. Chirinos
El pasado martes 10 de febrero, dos hombres maniatados y tiroteados fueron hallados específicamente en las adyacencias de la conocida “pedrera” que está a un lado de Cambalache, Puerto Ordaz. Aunque ambos portaban sus identificaciones reglamentarias, uno de ellos tenía el rostro totalmente destrozado por animales carroñeros, por lo que su identidad era incierta.
Fue ayer, ocho días después, cuando los familiares de José Francisco Rivero Rodríguez, de 29 años de edad, se enteraron que él, había sido asesinado en Ciudad Guayana junto a su amigo Antonio José Leiva García, de 42, quien en vida fuera efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Razón por la que viajaron desde Guanta, estado Anzoátegui hasta San Félix.
Ulexis Rivero, tío de José Francisco, explicó que su sobrino lo llamó el lunes 9 de febrero para decirle que iba a viajar a Ciudad Guayana a visitar a los familiares de Leiva. “Todos estábamos tranquilos, porque él acostumbraba a viajar por varios días, pero esta vez tardó más de lo común, nunca perdimos la fe, pensamos que regresaría sano y salvo”.
Indicó que como todos en su familia, se dedicaban a escoltar vehículos de carga pesada de empresas privadas, trabajo que hacía junto a Leiva, no le dieron importancia a su ausencia. Destacaron que nunca estuvieron incursos en delitos, por lo que están sorprendidos por el hecho.
Rivero, señaló que desde que salió de Guanta junto a sus familiares, esperaba que todo fuera una mentira. “Teníamos fe que al llegar a esta ciudad, no se tratara de él, pero lamentablemente lo identificamos por el tatuaje de la espalda”.
Puntualizó que sobre el caso, los investigadores del Eje Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) no dieron detalles. “Solo nos dijeron que están sobre el caso, más nada”.
De manera extraoficial se conoció que el móvil que más ha tomado fuerza en la investigación es el de un robo que se salió de control. Al parecer, los amigos fueron interceptados por criminales cuando se desplazaban por la carretera, y al percatarse de que Leiva era oficial de la GNB, todo se salió de control.
José Francisco Rivero, era el tercero de siete hermanos. Vivía junto a su abuela y tíos en Guanta. Dejó a cinco hijos en orfandad.
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